lunes, 10 de septiembre de 2012

Aparece Díaz de Solís


          APARECE DÍAZ DE SOLÍS
         Hacia 1507 aparece en España un piloto de vida agitada y misteriosa, Juan Díaz de Solís, del cual -pese a que llegó a las más altas posiciones- poco sabemos. Empezamos ignorando con certeza cuál fue su patria teniéndolo unos historiadores como portugués, otros como andaluz. Creemos nosotros que era lo primero, porque descartamos que era hijo de Lebrija como afirman Herrera, Oviedo y Gómara 22 La escasa documentación nos hace presumir que fuese portugués,23 pero al despuntar el siglo XVI abandonó el servicio de su país pasando a residir en Lepe, donde estuvo afincado y tuvo larga familia. ¿Por qué dejó su patria? Por sus "grandes crímenes", nunca enumerados, según Manuel II; a estar a él por no haberle sido pagados por la Casa de Indias, 800 ducados que se le adeudaban.24
         Sospechoso y vigilado en España, alcanza, no obstante, las más altas posiciones y gran reputación en su materia. Parece que en náutica era de extraordinaria valía, y además, gran cartógrafo: "Buen piloto -dice Oviedo- era Johan Díaz de Solís; de la mar, por diestro era tenido para gobernar un timón y mudar las velas y derroteros..." Herrera es concluyente: "Era el más excelente hombre de su tiempo en su arte..."25
         A poco de estar en Castilla, interviene Solís en una junta de notables (1508) a la que asistieron nada menos que Hernando Colón, Yáñez Pinzón, Caboto, Vespucio, para dar opinión sobre la raya de Tordesillas.

         VIAJE DE YÁÑEZ PINZÓN Y SOLÍS
         En ese mismo año de 1508, el rey encomendó a Yáñez Pinzón y a Solís un viaje al suroeste; prohibiéndoseles tocar tierra de Portugal; el comando era doble: a bordo mandaba Solís, en tierra Yáñez Pinzón. Sobre el periplo nos dice este último: "este testigo y Solís fueron por mandato de su alteza y descubrieron toda la tierra que hasta ahora está descubierta luego hacia el Oriente en otra provincia de Camarona; yendo la costa luego hacia el Oriente en otra provincia que se llama Chabanín, que descubrieron una gran bahía llamada Gran Bahía de Navidad... a estas provincias nunca el dicho Colón llegó…"26
         Y cuando el rey otorga a los Pinzón escudo, dice que en ese viaje fueron Vicente Yáñez y Solís al Oriente y descubrieron seiscientas leguas de tierra y hallaron el gran Río (Amazonas) y el Brasil.27 Si es así alcanzaron la costa brasileña hasta el 5º grado.

         FINAL DESGRACIADO DE ESTA EXPEDICIÓN
         El éxito alcanzado en la jornada fue oscurecido por una desavenencia entre los dos caudillos. Ordenó el rey a la Casa de Contratación: cuando lleguen se haga información sobre su viaje y me eleven un informe de todo: "yo deseo saber la verdad de todo lo que entre ellos sucedió. . . "28
         Más de un año estuvo preso Solís en la cárcel de la Corte pero finalmente salió libre, declarándose que no tuvo culpa, por lo que se le pagaron sus salarios atrasados.

OPINIÓN PERSONAL
En referencia a la expedición realizada por Juan Díaz de Solís, se puede decir que debido a la serie de expediciones que se hicieron explorando América Central y sus costas se lograron descubrir el nuevo continente, América. También se encontró un paso para unir el Océano Atlántico con el Mar del Sur. Se logró llegar al Estuario del Plata que luego recibió el nombre de Mar Dulce.
 
Se descubrió la Isla Martín García, se reconoció la Costa Patagónica, se abrió el camino occidental a las Indias y se pudo comprobar la teoría de que la tierra era redonda.

Expedición de Juan de Ayolas y Domingo Martínez de Irala

"EL HIDALGO VASCO"


Domingo Martínez de Irala
Domingo Martínez de Irala nació en la villa de Vergara, provincia de Guipúzcoa, en 1509, siendo hijo del escribano real Martín Pérez de Irala y dé Marina Albisúa Toledo. Domingo, - o Chomin en lengua vasca-, era el benjamín de una familia de hidalgos típicamente vasco-españoles, y eran sus hermanos; Pedro, María, Gracia, Marina y Domenja.
En 1534, le llamó su amigo Juan de Ayolas, burgalés de Briviesca, para integrar una gran expedición a Indias, y con éste y Juan de Salazar, acudieron a Sevilla para alistarse en la armada de don Pedro de Mendoza, primer adelantado del Río de la Plata.
El 24 de agosto de 1535, la armada partió de Sanlúcar de Barrameda, y luego de recalar un tiempo en la bahía de Guanabara y pasar al Río de la Plata, - o río de Solís- fundó el puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire.
Poco después de levantada la población, Juan de Ayolas salió por el río Paraná arriba, llevando a Irala como lugarteniente, y fundó el fuerte de Corpus Christi, cerca del antiguo Sancti Spíritus que abandonara Gaboto.
Al poco tiempo de retornar a Buenos Aires, Ayolas volvió a ser enviado por Mendoza hacia el norte en busca de la Sierra de la Plata, y nuevamente partió con Irala como lugarteniente con tres barcos, el 14 de octubre de 1536. Un navío lo comandaba Ayolas, otro Irala, y el tercero, el factor Carlos de Guevara.

"EL CAPITÁN VERGARA"

Juan de Ayolas
Tras perder una de las naves en un temporal, Ayolas e Irala llegaron a la bahía de los carios, en la que permanecieron dos días, para seguir luego viaje, siempre hacia el norte.
El 2 de febrero de 1537, Ayolas decidió atracar en la margen derecha del río Paraguay, donde fundó el puerto de la Candelaria. Allí dejó el mando absoluto a Irala y él se internó en el Chaco, a la búsqueda de la sierra de la Plata.
Entre tanto don Pedro de Mendoza había enviado a Juan de Salazar en seguimiento de Ayolas, volviéndose él a España, pero falleció en el viaje. En Buenos Aires había quedado Ruí Galán al frente de la guarnición.
Cansado de esperar a Ayolas, Irala fue al puerto indígena de Tapua a calafatear sus naves, a la sazón bastante deterioradas, y allí le encontró Salazar el 23 de junio. Era ya para los suyos el Capitán Vergara y nadie discutía su autoridad, ni tampoco el propio Salazar.
Durante un tiempo, Irala y Salazar buscaron a Ayolas por río y tierra pero luego, ante una insólita creciente, Salazar decidió retornar hacia el sur, mientras Irala seguía esperando en la Candelaria.
Vuelto a la bahía de los carios en que reinaba el cacique Caracará, Juan de Salazar fundó la casafuerte de Nuestra Señora Santa María de la Asunción.
Irala debió volver nuevamente a Tapua en busca de alimentos, tornando a calafatear los bergantines.

"EN ASUNCIÓN"

A Tapua llegó Rui Galán, acompañado de Salazar, e intentó hacer prevalecer su autoridad sobre la de Irala; mas, como éste la discutiera, Rui Galán le apresó y aún amenazó con matarlo, idea de la que logró disuadirle el conciliador Salazar. Irala recuperó su libertad, y Rui Galán le dio un bergantín para ir a esperar a Ayolas; pero el desdichado burgalés ya había sido muerto por los indios payaguaes a la vuelta de la Sierra de la Plata, tras la inenarrable odisea de atravesar dos veces el inhóspito Chaco.
A fines de 1537 fue enviado como veedor al Río de la Plata, Alonso Cabrera, quien dio autoridad de teniente gobernador a Irala, el cual, ya desesperando encontrar a Ayolas bajó a instalarse en la casa-fuerte de la Asunción que Salazar había fundado.
De inmediato Irala, dióse a la tarea de defender el valle del cacique Guarnipitán, fundando los pueblos de Ypané, Guarambaré, Itá, Yaguarón, Aregua, Altos, Atyrá y Tobatí.
En 1539, Irala hizo una victoriosa entrada contra los indios agaces en defensa de los guaraníes, y en enero de 1540 retornó a la Candelaria, por ver si obtenía alguna información acerca de lo ocurrido con Ayolas.
Allí encontraron a un indio chanés llamado Gonzalo, único sobreviviente de los que regresaron con Ayolas, quien contó lo acaecido al castellano y a los suyos.

Opinión Personal

A la llegada de los españoles, la América de esa época dio un giro de 180º para los indígenas de la zona. Aunque muchos españoles murieron a causa de aventurarse hacia nuevas tierras como Solís, Alejo García entre otros. También hay que destacar la intención de los españoles no solo de colonizar sino también de encontrar El dorado.

Como conclusión podría decirse que durante el periodo colonial hubo épocas en las que el hombre en su afán de obtener riquezas explotaba y maltrataba a los nativos. Desde un punto de vista geográfico la conquista de América represento un factor importante para el pueblo de hoy ya que generalizamos nuestra cultura nos expandimos territorialmente.
La amalgama hispano guaraní tuvo como resultado al primer hombre paraguayo y la nación paraguaya. 

Expedición de Juan de Salazar y Fundación de Asunción

EXPEDICIÓN DE JUAN DE SALAZAR 
Es preciso retrotraernos a principios del año 1537 para referirnos a algunos acontecimientos sucedidos durante la expedición dirigida por Juan de Ayolas por mandato de Don Pedro de Mendoza, preocupado por la suerte de su elegido, envió en su auxilio, el 15 de enero de 1537, una pequeña flota compuesta de 3 bergantines y 60 tripulantes a bordo, al mando de la misma estuvieron Juan de Salazar de Espinoza y su segundo Gonzalo de Mendoza, quienes recalaron los ríos Paraná, desembarcaron en Corpus Christi y Buena Esperanza, este último en estado de abandono, pues su población fue a engrosar el primer fuerte nombrado.
Prosiguió su derrotero con dos bergantines, llegó a atravesar las Tres Bocas, penetró el Río Paraguay, hasta que a fines de abril, arribó en los dominios del Cario-Guaraní, en el lugar de la antigua táva guazu Paraguay. 
Con la intermediación del lenguaraz, Hernando de Rivera, quien era conocedor del idioma, pudieron los hispanos llegar a un acuerdo con los mburuvicha locales Cupirati y Caracara. 
Con este acuerdo pudieron recibir auxilios de parte de los indígenas que les proporcionaron bastimentos para su subsistencia. 
Este encuentro incluyendo la anuencia de algunos expedicionarios como Hernando de Rivera, Gonzalo de Mendoza, Juan de Salazar, posibilitó la aceptación donde se tomó el parecer de los mismos y de los originarios para que en la brevedad del tiempo construyesen una Casa Fuerte en dicho paraje.
En el mes de mayo, Salazar remontó las aguas del Río Paraguay, y en el 23 de junio se topó con Irala, quien se hallaba con sus huestes aproximadamente a 30 leguas de Candelaria, lugar de donde volvieron río abajo para reparar las embarcaciones y retornar en el sitio convenido.
Vuelto Irala, Juan de Salazar se dirigió aguas abajo hasta el lugar proyectado para erigir una Casa Fuerte, dentro de la jurisdicción que correspondía a la táva guazu Paraguay poblada por los laboriosos cario-guaraní. El estratégico sitio se hallaba frente a la desembocadura de los ríos: Pilcomayo y el Río Paraguay, poseía además un excelente puerto natural. 
Las bases de la Casa Fuerte se echaron el 15 de agosto de 1537, bajo el aventamiento de Nuestra Señora de la Asunción, pues en la hagiografía cristiana se celebra ese día el de la Virgen María.

FUNDACIÓN DE ASUNCIÓN
El notario instituido como Notario de Gobernación y Cabildo, labraba el acta de fundación en el año 1543 (un incendio destruyó las tres cuartas partes de la ciudad y entra ellas el archivo del acta fundacional citadino) en un libro en que se inscribían los nombres de los asistentes, en la misma acta se señalaban los límites de  la ciudad,etc.
Al realizar el acto civil y político se inscribió a la ciudad en su carácter de soberana, esto es, con posesión de soberanía, que en este caso fue a partir del acto que se asentó en la documentación pertinente. Con este protocolo se lo denominó "Puerto y Ciudad de la Asunción".
En primer término queda al mando de la Casa Fuerte Gonzalo de Mendoza y al regresar Irala del Norte, con la certeza de la muerte de Ayolas, el inspector de la Corte del Rey, Alonso Cabrera, nombra como teniente gobernador a Domingo Martínez de Irala, tomando posesión de todas las tierras, como punto central la Asunción, e inicia la organización de este fuerte. No obstante, recién el 31 de julio toma posesión oficial, instituye el Primer Cabildo, con 5 regidores o alcaldes: El rey Carlos V diseña un Escudo de Armas, nombrando patrono a San Blas, se delinean las primeras calles, se fijó un lugar para la plaza, se construyó una casa para asiento del gobierno, se instaló un cuartel, una herrería, un astillero, depósito de víveres, un templo, con lo cual se dio fisonomía de ciudad. Fue un impulso muy positivo, dejando de lado la idea de recoger oro y plata, empezando la creación de nuestra nacionalidad, por arraigarse ya en la tierra y empezar también todos los españoles a tener descendencia criolla; el propio Domingo Martínez de Irala tuvo muchísimos hijos, al igual que todos sus capitanes, reconociendo a todos ellos con sus apellidos. Juan de Salazar, “el fundador", siguió con sus exploraciones.








Opinión Personal
Asunción es conocida como "Madre de Ciudades". Este hecho me es muy importante, porque de nuestra ciudad partieron numerosas expediciones con el objetivo de fundar nuevas ciudades, entre ellas Villarrica del Espíritu Santo. 
Asunción fue creciendo hasta convertirse en el centro urbano más importante del país desarrollando además las actividades sociales, políticas, económicas y  culturales. 

Es en la actualidad una gran ciudad que no ha perdido su aire colonial, con sus propias y particulares características. 
En parte doy gracias a los aventureros y conquistadores porque gracias a ellos disfrutamos de esta hermosa ciudad, fuente de tantas riquezas e historia. 





















Fundación de la ciudad de Buenos Aires


PRIMERA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES
EL reino de Portugal pretendió siempre el dominio del Río de la Plata. Para hacer valer sus derechos, España decidió ocupar estas regiones y designó con el título de Adelantado a don Pedro 'de Mendoza. Este personaje, que poseía grandes riquezas, capituló con el rey concediéndosele la parte de América comprendida entre los paralelos 25° y 36° desde uno al otro océano. Logró Mendoza organizar una expedición de once barcos con un total de 1.000 personas entre tripulantes, soldados y colonizadores, incluso siete mujeres. Traía además 100 cabezas de ganado caballar.
Partió la expedición el 24 de agosto de 1535 de San Lúcar, recalando en las Canarias, donde compró cuatro naves más. Tocó en la bahía de Río de Janeiro y de allí se dirigió directamente al Río de la Plata. Lo exploró minuciosamente y el 2 ó 3 de febrero de 1536 echó los cimientos de una población en las inmediaciones del Riachuelo de los Navíos, donde hoy está el parque Lezama, población a la que llamó Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire, por los votos que Mendoza había hecho a esta Virgen para recobrar su quebrantada salud. Allí se construyó una población de una manzana con casas hechas de barro y techo de paja, rodeadas de un muro de tierra, un foso y una empalizada para defenderla.
En los primeros tiempos fue fácil la alimentación de sus habitantes, pues los indios procuraron todo lo necesario. Pero las exigencias de los españoles fueron pronto tan desmedidas que los naturales se negaron a seguir manteniéndolos. No obstante, el hambre no se dejó sentir todavía, pues la caza y la pesca eran abundantes. Poco después chocaron los españoles con los indios, y en. un combate librado en el río Lujan contra los guaraníes de las islas y los pampas fueron muertos Diego de Mendoza, hermano del Adelantado, dos sobrinos de éste, el capitán Pedro Lujan —de allí el nombre del río— y muchos soldados. A este combate se le llamó de Corpus Christi porque fue el 15 de junio de 1536, día de esa festividad.
Los indios sitiaron entonces la población, sufriendo sus habitantes hambre durante muchos días y viéndose obligados a refugiarse en los buques al ser incendiada la población. Afortunadamente llegó del norte Juan de Ayolas con abundantes provisiones y con la noticia de haber fundado un asiento —Corpus Christi— en la desembocadura del río Coronda.
Un mes más tarde los expedicionarios se trasladaron al asiento fundado por Ayolas, instalándose cinco leguas al sur de Corpus Christi, en un fuerte llamado por Mendoza "Nuestra Señora de la Buena Esperanza". Desde allí envió a Ayolas al mando de una expedición para encontrar el camino del Perú; pero al no recibir noticias de éste, destacó a Juan de Salazar y Espinosa y a Gonzalo de Mendoza para que lo buscaran. Mientras se realizaba este viaje, Mendoza, viendo agravado su mal, partió para España, designando a Juan de Ayolas teniente de gobernador, con el encargo de vender a los conquistadores del Perú la concesión del Río de la Plata. Durante su regreso, el 23 de junio de 1537, Mendoza falleció víctima de su enfermedad.

SEGUNDA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES

La necesidad de una ciudad en el Río de la Plata se había hecho sentir, y la fundación de Santa Fe facilitó la repoblación de Buenos Aires. En 1580, Garay, teniente gobernador de las Provincias del Río de la Plata, lanzó un bando pidiendo voluntarios para esta empresa. Se alistaron en seguida sesenta jóvenes, la mayoría criollos. Hicieron la travesía, parte a pie para conducir el ganado y parte por el río. Exploraron la costa del Plata, y el sábado 11 de junio de 1580 dio por fundada Garay, a media legua de la antigua población, la Ciudad de la Trinidad, confirmando para el puerto el nombre de Santa María de los Buenos Aires.
El lugar elegido por Garay estaba a salvo de las inundaciones y defendido por dos grandes zanjas. Hizo el reparto de tierras marcando 250 manzanas de 140 varas de lado y calles de 11 de ancho. Correspondieron 46 manzanas a la planta urbana y el resto fue destinado para quintas. Fortificó la ciudad, le dio escudo y creó el Cabildo (que eligió por santo patrono a San Martín de Tours). Garay hizo una expedición hacia el sur, y al regresar para la Asunción en 1583, en las cercanías del río Baradero desembarcó con varios acompañantes dispuestos a pasar la noche. Como se descuidara la vigilancia, él y sus compañeros fueron ultimados por los indios.

Opinion personal

La primera fundación de lo que Mendoza llamó Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire, su función no era la de convertirse en ciudad, sino que el fuerte fue instalado por motivos estratégicos, para ser utilizado en la defensa de la zona. El fuerte estaba construido en forma precaria. En el fuerte había varios ranchos construidos de barro y paja, utilizados como viviendas. Gracias a todo lo que ocurrió, a todas las penurias que pasaron los habitantes del lugar, se logró la fundación del fuerte Nuestra Señora de la Buena Esperanza

Con respecto a la segunda fundación de Buenos Aires se puede decir que había una necesidad imperiosa de crear una ciudad en el Rio de la Plata, por ese motivo se fundó la Ciudad de Santa Fe, esto facilitó muchísimo la repoblación de la Ciudad de Buenos Aires. 




LA REAL PROVISIÓN DEL 12 DE SEPTIEMBRE

La real Provisión expedida en Valladolid el 12 de septiembre de 1537, habla arbitrado un procedimiento en verdad inusitado en el imperio español para cubrir las vacancias que se produjeran en el mando superior del Paraguay y Río de la Plata. En efecto, en caso de no haber dejado Don Pedro de Mendoza sustituto legal, o habiendo fallecido éste sin haberlo hecho a su vez, se autorizaba a los conquistadores presentes en el territorio a elegirlo en tanto la corona proveyera lo más conveniente.
Dicha disposición conservó innegablemente la fuerza legal mientras rigieron en el Paraguay y Río de la Plata las capitulaciones de Don Pedro da Mendoza, Mas en lo referente al periodo posterior a la sustitución de éstas por otras, concedida a Don Juan Ortiz de Zárate, el problema de la vigencia de la citada norma excepcional se presta a discusión. Si queremos fijar su caducidad en una fecha determinada, podemos tomar para el efecto el 11 de diciembre de 1568, cuando Felipe de Cáceres, en nombre de Ortiz de Zárate,.recibe el gobierno de manos de Juan de Ortega que lo había ejercido hasta entonces como teniente del gobernador Francisco Ortiz de Vergara, elegido ésta precisamente por aplicación de la Cédula de 1537 que estamos comentando.
Conviene anotar que la corona, en l560 y para Venezuela, había dispuesto un sistema de sustitución de Gobernador que adquiriría vigencia general-al ser recogido en la Ley XII, del Título III, del Libro V de la Recopilación de. 1680, que dice: “Declaramos y mandamos que si fallecieren los Gobernadores durante el tiempo de su oficio, gobiernen los Tenientes que hubieren nombrado, y por ausencia o falta de los Tenientes, los Alcaldes. Ordinarios; entretanto que Nos, o los Virreyes o personas que tuvieren facultad provean quien sirva, y si no hubiere Alcaldes Ordinarios, los elija el Cabildo para el efecto referido”

La Real Provisión de 1537 se aplicó todavía a fines del siglo XVI y dio lugar al gobierno de Hernandarias de Saavedra de 1598, en la convicción de que se procedía dentro de lo dispuesto por la legislación vigente. Más, cuando a partir de 1621 se invoca dicha disposición, cosa que ocurre solamente dos veces en todo un siglo, ello se hace de manen claramente revolucionaria, como un recurso para explicar o justificar hechos que- salen de la rutina política colonial.

Opinión Personal
Los acontecimientos de 1649 revisten sumo interés dentro del proceso comunero del Paraguay, por dos motivos de importancia por el uso revolucionario que se ha de la Real Provisión del 12 de septiembre de 1537 y por la resistencia armada que se ha puesto al poder virreinal. Es el más definidamente subversivo de los movimientos del siglo XVII.

Descubrimiento - Expedición de J. Díaz de Solís


DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN.

DESCUBRIMIENTO DEL RIO DE LA PLATA
Juan Díaz de Solís. — Los relatos de los marinos sobre las riquezas fabulosas de América desataron en España una verdadera fiebre de expediciones que se dirigieron al Mar de las Antillas, explorando la América Central y las actuales costas de Colombia, Venezuela, Guayanas y Brasil. Alrededor del golfo de Darién se concentró la población, y en 1513 Vasco Núñez de Balboa cruzó el istmo de Darién y descubrió, el 25 de septiembre, el Océano Pacífico, al que llamó Mar del Sur.

Con ello se ratificó la sospecha de que la tierra descubierta, por Colón era un nuevo continente. Pero era necesario llegar a las Islas de las Especerías, después de 1498. Esto sería posible en el caso de que se hallara un paso que uniera el Océano Atlántico con el Mar del Sur.


En 1512 se nombró piloto mayor del reino al marino Juan Díaz de Solís, que se comprometió a encontrar el ansiado paso. Partió de San Lúcar el 8 de octubre del año 1515 con tres naves, y previa escala en las Canarias tocó la costa americana a la altura del Cabo San Roque (Brasil). Luego, dirigiéndose al sur exploró la costa hasta Punta del Este (Uruguay), donde dejó dos de sus naves, y con la de menor calado siguió bordeando el litoral, hasta que llegó, en febrero de 1516, al estuario del Plata, que llamó Mar Dulce.

por su extensión y por el sabor de sus aguas. .Exploró la costa norte del río hasta la desembocadura del Uruguay, descubriendo una isla, que fue denominada Martín García debido a que en ella fue enterrado el cadáver del cocinero de la expedición, que llevaba ese nombre. Solís desembarcó en las inmediaciones del arroyo de las Vacas y juntamente con siete de sus compañeros fue muerto por los indios, salvándose el grumete Francisco del Puerto, El resto de la expedición, bajo el mando del piloto Fran-cisco de Torres, regresó a España después de perder una nave en la isla de Santa Catalina, donde quedaron abandonados dieciocho de sus tripulantes.

El camino de las Indias. Magallanes. Elcano. —— Ante el fracaso de la expedición de Solís se preparó otra para explorar las costas de América y encontrar el paso que abriera el deseado camino a las Indias. Fue Hernando de Magallanes, marino portugués al servicio de España, quien el 20 de septiembre de 1519 partió de San Lúcar comandando cinco naves, con una tripulación de 265 hombres.

La flota siguió el camino recorrido por Solís; exploró minuciosamente el Plata; descubrió el río, Uruguay; navegó frente a Buenos Aires, y coceando hacia el sur llegó al golfo de San Julián, donde Magallanes dispuso invernar. El descontento hizo presa de la tripulación, que, sublevada, y queriendo regresar, se apoderó de tres naves. Magallanes mandó apuñalar a uno de los cabecillas, decapitar a otro y abandonar a dos en las playas de la Patagonia.

La rebelión, reprimida sangrientamente, estalló de nuevo en una de las naves, que regresó a España. Poco después, el 21 de octubre, descubrieron una profunda entrada en la costa, nacía el oeste, y decidieron internarse en ella. El 1 de noviembre esta entrada fue denominada por Magallanes Estrecho de Todos los Santos, con motivo de la festividad de esa fecha. Se tenía ya la convicción de que se estaba en presencia del anhelado paso. Lo recorrieron en toda su extensión y des-embocaron en el Mar del Sur, que designaron Océano Pacífico.

Haciendo rumbo al noroeste llegaron después de grandes penurias, durante las cuales debieron comer ratas y hasta las suelas de sus zapatos, a las islas de los Ladrones (Marianas); pasaron a las Filipinas, y lograron que varios reyezuelos se sometieran a España.

Pero al luchar en el islote de Mactán contra indígenas rebelados, Magallanes fue muerto juntamente con varios de sus compañeros. Los restantes expedicionarios resolvieron continuar el viaje y arribaron por fin a las legendarias Islas de las Especias (Molucas), donde cargaron sus naves con productos del país.

Desde ese punto sólo regresaron a España dos naves, pues una había desertado, otra naufragado y una tercera fue abandonada. De estas dos naves, una fue apresada por los portugueses, y la restante, llamada "Victoria", al mando del piloto Juan Sebastián Élcano, llegó a la península el 7 de noviembre de 1522, casi tres años después de su partida, con sólo 18 hombres de tripulación.

Este viaje, uno de los más penosos de todos los tiempos, fue fecundo en sus resultados: se reconoció la costa patagónica, se abrió el camino occidental a las Indias y se comprobó la teoría globular de la tierra con el primer viaje de circunnavegación.

Capitulaciones de Don Pedro de Mendoza

1534


El emperador Carlos V otorga una capitulación a Don Pedro de Mendoza para la conquista y población del Río de la Plata.

Fue en estas circunstancias que Mendoza propuso a Carlos, en 1534, hacerse cargo con su propio patrimonio del diseño y conducción de una expedición al Atlántico Sur que reafirmara la soberanía de España sobre esas regiones. A cambio de ello, Carlos nombró a Mendoza el 21 de mayo de 1534 comandante militar de la zona a conquistar ("Adelantado"), con potestad para fundar fortalezas y pueblos.

El 21 de mayo de 1534 el monarca firma en Toledo las capitulaciones que le otorgan a don Pedro de Mendoza el título de adelantado, gobernador y capitán general de los territorios a conquistar entre los 25º y 36º de latitud sur.

El cargo de Adelantado tenía múltiples atractivos: era hereditario, combinaba las funciones de gobernador, jefe militar y magistrado, ofrecía grandes posibilidades económicas (por lo que los adelantados, que debían costearse sus propias expediciones, lo utilizaban para intentar recuperar el capital invertido), motorizadas por el rumor, falso pero propagado intencionadamente por los nativos, de que en el interior del continente se hallaban grandes riquezas en oro, plata y piedras preciosas. El acuerdo no tenía límites territoriales. En efecto, a mayor superficie conquistada, mayor territorio gobernaría el adelantado en cuestión, lo que incentivaba el avance geográfico español ante las ambiciones portuguesas en todas las zonas en competencia.

CAPITULACIONES

EL REY. Primeramente, vos doy licencia y facultad para que por Nos y en Nuestro nombre y de la Corona Real de Castilla, podais entrar por el dicho rio de Solís que llaman de la Plata, hasta la mar del Sur, donde tengais doscientas leguas de luengo de costa de gobernacion, que comience desde donde se acaba la gobernacion que tenemos encomendada al mariscal Don Diego de Almagro, hácia el estrecho de Magallanes, y conquistar y poblar las tierras y provincias que hubiere en las dichas tierras.
Por cuanto vos don Pedro de Mendoza, mi criado y gentil hombre de mi casa, me hiciste Relación que por la mucha voluntad que me tenéis de nos servir y del acrecentamiento de nuestra corona Real de Castilla os ofrecéis de ir a conquistar y poblar las tierras y provincias que hay en el Río de Solís que llaman de la Plata donde estuvo Sebastián Gaboto, y por allí calar y pasar la tierra hasta llegar a la mar del Sur, y de llevar de estos nuestros reinos a vuestra costa y mision mil hombres, los quinientos en el primer viaje en que vos habéis de ir con el mantenimiento necesario para un año y cien caballos y yeguas, y dentro de los dos años siguientes los otros quinientos, con el mismo vastimento y con las armas y artillería necesaria, y así mismo trabajaréis de descubrir todas las islas que estuviesen en paraje del dicho Río de vuestra gobernacion en la dicha mar del Sur en lo que fuere de los límites de vuestra demarcación, todo a vuestra costa y misión, sin que en ningún tiempo seamos obligados a vos pagar ni satisfacer los gastos que en ello hicieres de más de lo que en esta capitulación os será otorgado. Y me suplicastes y pedistes por merced, vos hiciese merced de la conquista de las dichas tierras y provincias de dicho rio, y de las que tuvieren en su paraje, y vos hiciese y otorgase las mercedes y con las condiciones que serán contenidas: sobre lo qual, Yo mandé tomar con vos el asiento y capitulacion siguiente:

Item, entendiendo ser cumplidero al servicio de Dios y Nuestro y por honrar vuestra persona, y por vos hacer merced, Prometemos de vos hacer Nuestro Gobernador y Capitan General de las dichas tierras, y provincias, y pueblos del dicho rio de la Plata, y de las dichas doscientas leguas de costa del mar del Sur, que comienza desde donde acaban los límites que como dicho es, tenemos dado en gobernacion al dicho mariscal Don Diego Almagro, por todos los dias de vuestra vida, con salario de dos mil ducados de oro en cada un año y dos mil ducados de ayuda de costa, que sean por todos cuatro mil ducados, de los cuales gozeis desde el dia que vos hicieres a la vela en estos Nuestros Reinos, para hacer la dicha poblacion y conquista, los cuales dichos cuatro mil ducados de salario y ayuda de costa, vos han de ser pagados de las rentas y provechos a Nos pertenecientes en la dicha tierra que hubiésemos, durante el tiempo de vuestra gobernacion, y no de otra manera alguna. Otro sí vos hacemos merced, para que con parecer y acuerdo de los dichos Nuestros oficiales, podais hacer en las dichas tierras y provincias hasta tres fortalezas de piedra, en las partes y lugares que mas convengan, pareciendo a vos y a los dichos Nuestros oficiales ser necesarias, para guarda y pacificacion de la dicha tierra, y vos hacemos merced de la tenencia de ellas, para vos y dos herederos y sucesores vuestros, uno en pos de otros, cuales vos nombrares, con salario de cien mil maravedís y cincuenta mil maravedís de ayuda de costa en cada un año, con cada una de las dichas fortalezas que así estuvieren hechas, las cuales habeis de hacer de piedra, á vuestra costa, sin que Nos ni los Reyes que despues de Nos vinieren, Seamos obligados á vos pagar lo que así gastares en las dichas fortalezas. Otro sí vos haremos merced de título de Nuestro Adelantado de las dichas tierras y provincias que así descubrieres y poblares en el dicho rio de Solís, y en las dichas doscientas leguas, y así mismo vos hacemos merced del oficio de alguacilazgo mayor de las dichas tierras, perpétuamente.

ítem, vos damos licencia y facultad para que podais conquistar y poblar las Islas que estuvieren en vuestro paraje, que esten dentro de los limites de Nuestra demarcacion, en las cuales, es otro sí por cuanto Nos habeis suplicado vos hiciesemos merced de alguna parte de tierra y vasallos en las dichas tierras, y al presente lo dejamos de hacer por no tener entera relacion dellos, vos prometemos de vos hacer merced, como por la presente vos la hacemos, de diez mil vasallos en la dicha gobernacion, con que no sea en puerto de mar ni cabeza de provincia, con la jurisdicion que vos señalaremos y declararemos al tiempo que vos hiciesemos la dicha merced, con título de condes; y entre tanto que informados de la calidad de la tierra, lo mandamos efectuar, es Nuestra merced, que tengais de Nos por merced la dozava parte de todos los quintos que Nos tuvieremos en las dichas tierras, sacando ante todas cosas de ellos, los gastos y salarios que Nos tuviesemos en ellas. Nuestra merced, que tengais el dozavo del provecho que Nos hubieremos en ellas, sacados los salarios que en las dichas Islas pagaremos, en tanto que informados de las dichas Islas, que asi descubieres y poblares en el dicho viaje y de vuestros servicios y trabajos, vos mandaremos hacer la enmienda y remuneracion que fueremos servidos y vuestros servicios merescieren. Y porque Nos habeis suplicado, que si Dios fuere servido que en este viaje murieses, antes de acabar el dicho descubrimiento y poblacion, que en tal caso, vuestro heredero o la persona que por vos fuese nombrada, lo pudiese acabar y gozar de las mercedes que por Nos vos son concedidas en esta capitulacion, y no bastando lo dicho, y por vos hacer merced, por la presente. Declaramos, que habiendo entrado en las dichas tierras y cumpliendo lo que sois obligado, y estando en ellas tres años, que en tal caso, vuestro heredero o la persona que por vos fuese nombrada, pueda acabar la dicha poblacion y conquista y gozar de las mercedes en esta capitulacion contenidas, con tanto que dentro de dos años sea aprovado por Nos. Como quiera que segun derecho y leyes de Nuestros Reinos, cuando las gentes y capitanes de Nuestras armadas toman preso algun Principe o Señor en las tierras donde por Nuestro mandado hacen guerra, el rescate del tal señor o cacique pertenece a Nos, con todas las otras cosas muebles que fuesen halladas que perteneciesen a el mismo: pero considerando los grandes peligros y trabajos que Nuestros súbditos pasan en las conquistas de las Indias, en alguna enmienda de ellos y por les hacer merced. Declaramos y Mandamos que si en la dicha vuestra conquista o gobernacion, se cautivare o prendiere algun cacique o señor, que de todos los tesoros, oro y plata, piedras y perlas que se ovieren de el, por vía de rescate ó en otro cualquier manera, se Nos dé la sexta parte dello, y lo demas se reparta entre los conquistadores, sacando primeramente Nuestro quinto; y en caso que el dicho cacique o señor principal matasen en batalla, o despues, por via de justicia o en otra cualquier manera, que en tal caso de los tesoros y bienes dichos que de el se oviesen, justamente hayamos la mitad, la ual, ante todas cosas cobren Nuestros oficiales, y la otra mitad se reparta, sacando primeramente Nuestro quinto. Otro sí, franqueamos a los que fuesen a poblar las dichas tierras y provincias, por seis años primeros siguientes, que se cuenten desde el dia de la data de esta, del almoxarifazgo de todo lo que llevaren para provimiento y provision de sus casas, con tanto que no sea para lo vender. Otro sí, Concedemos a los que fueren a poblar las dichas tierras y provincias que así descubrieren y poblaren en el dicho rio, en el término de las dichas doscientas leguas, que en los (...)

Así mismo, franqueamos a vos el dicho Don Pedro de Mendoza, por todos los dias de vuestra vida, del dicho almoxarifazgo de todo lo que llevardes para proveimiento y provision de vuestra casa, con tanto que no sea para vender; y si alguna vendierdes de ello o rescatares, que lo pagueis enteramente, y esta concesion sea en si ninguna, seis años primeros siguientes, desde el dia de la data de este asiento y capitulacion en adelante, que del oro que se cogiere en las minas, Nos paguen el diezmo, y cumplidos los dichos seis años, paguen el noveno, y así descendiendo en cada un año hasta llegar al quinto; pero del oro y otras cosas que se oviesen de rescate o cavalgadas o en otra qualquier manera, desde luego Nos han de pagar el quinto de todo ello.

Item, Concedemos á los dichos vecinosy pobladores, que les sean dados por vos los solares en que edifiquen casas y tierras, y caballerías, y aguas convenientes a sus personas, conforme a lo que se ha hecho y hace en las Islas Españolas; y así mismo le Daremos poder, para que en Nuestro nombre, durante el tiempo de vuestra gobernacion, hagais la encomienda de indios de la dicha tierra, guardando en ellas las instrucciones y ordenanzas que os serán dadas.

ítem, que vos el dicho Don Pedro de Mendoza, seais obligado de llevar a la dicha tierra un médico y un cirujano y un boticario, para que curen los enfermos que en ella y en el viaje adolecieren, a los cuales, Queremos y es Nuestra merced que de las rentas y provechos que tuviesemos en las dichas tierras y provincias, se les de en cada un año de salario, al físico en cincuenta mil, y al cirujano otros cincuenta mil, y al boticario veinte y cinco mil, los quales dichos salarios, corran y comiencen a correr desde el dia que se hicieren á la vela con vuestra armada, para seguir vuestro viaje, en adelante. Otro sí, vos daremos licencia, como por la presente vos la Damos, para que de estos Nuestros Reinos o del Reino de Portugal óoIslas de Cabo Verde y Guinea, vos o quien vuestro poder hubiere, podais llevar y lleveis á las tierras y provincias de vuestra gobernacion, doscientos esclavos negros, la mitad hombres y la otra mitad hembras, libres de todos derechos a Nos pertenecientes, con tanto que si los llevares á otras partes e Islas o provincias, o los vendierdes en ellas, los hayais perdido y los aplicamos a Nuestra Cámara y fisco. Lo qual que dicho es, y cada cosa y parte de ello, os Concedemos, con tanto que vos el dicho Don Pedro de Mendoza seais tenido y obligado a salir de estos Reinos, con los navios y vos damos licencia y facultad, para que podais tener y tengais en las Nuestras atarazanas de Sevilla, todos los bastimentos y vituallas que ovierdes menester para vuestra armada y partida. Aparejos y mantenimientos y otras cosas que fueren menester para el dicho viaje y poblacion, con los dichos quinientos hombres, de Nuestros Reinos y otras partes no prohibidas; lo qual hayais de cumplir desde el dia de la data desta capitulacion, hasta diez meses primeros siguientes.

ítem, con condicion que cuando salieres de estos Nuestros Reinos y llegares á la dicha tierra, hayais de llevar y tener con vos, las personas, religiosas ó eclesiásticas que por Nos serán señaladas, para instruccion de los indios naturales de aquella tierra,a Nuestra Santa Fe Católica, con cuyo parecer y no sin ellos habeis de hacer la conquista, descubrimientos y poblacion de la dicha tierra; a los cuales religiosos habeis de dar y pagar el flete y malotaje y los otros mantenimientos necesarios, conforme a sus personas, todo a vuestra costa sin por ello les lleva cosa alguna durante toda la dicha navegacion; lo cual mucho vos encargamos que así lo guardeis y cumplais como cosa del servicio de Dios y Nuestro. Otro sí, con condicion que en la dicha conquista, pacificacion y poblacion y nombramiento de los dichos indios, en sus personas y bienes se así tenido y obligado de guardar en todo y por todo, lo contenido en las ordenanzas e instrucciones que para esto tenemos fechas y se hicieren, y vos serán dadas. Estaban en esta capitulacion las ordenanzas, conforme de la capitulacion de Francisco Montijo. Por ende, haciendo vos lo dicho a vuestra costa, y segun y de la manera que se contiene, y guardando y cumpliendo lo contenido en la dicha provision que de va incorporada, y todas las otras instrucciones que adelante vos mandaremos guardar y hacer para la dicha tierra y para el buen tratamiento y conversion á nuestra Santa Fe Católica de los naturales de ella, Digo y Prometo, que vos será guardada esta capitulacion y todo lo en ella contenido, en todo y por todo, que segun se contiene, y no lo haciendo ni cumpliendo asi Nos no seamos obligados a vos guardar y cumplir lo dicho en cosa alguno de ello, ante vos mandaremos castigar y proceder contra vos como contra persona que no guarda y cumple y traspasa los mandamientos de su Rey y Señor natural; y de ello vos mandamos dar la presente, firmada de Mi nombre y refrendada Mi infrascrito Secretario.

Fecha en la ciudad de Toledo, a veinte y un dias del mes de Mayo de mil quinientos treinta y cuatro años. Yo EL REY. Por mandado de Su Magestad Cobos, Comendador mayor.


(Dichas capitulaciones fueron escritas por el rey y la caligrafia y los errores ortograficos de dicho documento estan atribuidas a la epoca en la que se realizo)

 
Opinion  Personal
 
Me parece que las capitulaciones otorgadas a Don Pedro de Mendoza fueron fundamentales para la historia. La posible colonizacion del Rio de la Plata y los posteriores viajes hacia nuestras tierras para ser descubiertas, pobladas y fundadas fueron imprescindibles.
No solo porque dio lugar a a nuevos descubrimientos, sino porque marco un hito muy importante.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Expedición de Sebastian Gaboto


El monarca español, ante la certeza de que la Especiería estaba comprendida dentro de la jurisdicción de Castilla, organizó la Casa de Contratación de la Especiería en la Coruña, para el tráfico con las Molucas.
Se preparó una expedición que debía seguir la ruta de Magallanes y El Cano y que fijaría exactamente la jurisdicción castellana. Se puso al frente de ella a García Jofré de Loaysa y El Cano iba como guía, pero la empresa fracasó; cruzado el estrecho de Magallanes, murieron en alta mar primero Loaysa y más tarde El Cano.
Algunos sobrevivientes establecieron una fortaleza en Tidore, para defender los derechos de Castilla ante Portugal, y otros llegaron a la costa mejicana. Una de las naves tocó costa de Brasil y algunos hombres quedaron allí, deslumbrados por los relatos de riquezas que habría más al norte.
Cuando ocurrían estos acontecimientos, ya había salido de España Sebastián Gaboto, hijo de Juan Gaboto. Establecido en España se lo nombró piloto mayor en reemplazo de Solís, que había muerto. Firmó capitulación para recorrer la ruta de El Cano y llevar mercaderías valiosas de las Molucas, Cipango y Cathay.
Zarparon de San Lucas de Barrameda en cuatro naves. Tocaron las Canarias; después se negó a hacer conocer a sus capitanes la ruta que pensaba seguir y en vez de enfilar hacia el sur para cruzar el Estrecho, ordenó poner rumbo a las costas del Brasil, que avistaron a la altura del cabo de San Agustín.
Esto indujo a algunos investigadores a pensar que al salir de España ya tenía la intención de cambiar de ruta, seducido por las riquezas de que hablaban los náufragos y desertores que vivían en la costa del Brasil. Ellos les indicaron en conversaciones directas que el camino a seguir era el río de Solís, que llamaban de la Plata.
Gaboto reunió a los capitanes de su armada para deliberar y decidieron explorar el Río de la Plata en vez de cumplir lo capitulado. En el puerto de los Patos se construyó una nave de poco fondo para recorrer los ríos y se levantó la primera iglesia de estas regiones.
Ya en el Río de la Plata Gaboto fundó el puerto de San Lázaro. Cerca de la isla San Gabriel encontró a Francisco del Puerto que le confirmó las noticias sobre la Sierra de la Plata, en cuya búsqueda decidieron lanzarse. Al llegar a la confluencia del Coronda con el Carcarañá fundó el fuerte de Sancti Spiritus (9 de junio de 1527). Alrededor del fuerte cada conquistador construyó su casa de paja y adobe.
En diciembre Gaboto salió en busca de la Sierra de la Plata, remontando el Paraná hasta el Paraguay donde tuvo noticias de que naves desconocidas habían penetrado en el Paraná; esto unido a una emboscada de los indios en la que murieron varios españoles, decidió a Gaboto a regresar. En el camino se encontró con las naves de Diego García de Moguer.
Este marino había venido en la expedición de Solís y regresó a España deslumbrado por las noticias que había recibido sobre una región rica en metales preciosos. Consiguió armar una expedición y firmó la capitulación correspondiente, por la que se comprometía a ir a las Molucas. Era una expedición modesta, integrada por dos naves y un bergantín que se encontró con la de Gaboto en la isla de Palma, donde García terminaba de prepararse y por donde Gaboto pasaba en viaje a América.
También en busca de las tierras del Rey Blanco penetró en el Río de la Plata y entró al Paraná llegando a Sancti Spiritus. Como fracasó en su intento de apoderarse del fuerte salió en busca de Gaboto. Después de veintisiete días se encontraron, disputando sobre sus derechos, pero como no se pusieron de acuerdo decidieron regresar a Sancti Spiritus para reacondicionarse, emprendiendo juntos la conquista del Imperio del Rey Blanco.
Salieron con siete naves hacia el norte, pero tuvieron noticias de la hostilidad de los indígenas y regresaron por ello a Sancti Spiritus. En esos días llegó al fuerte Francisco César, el capitán que había sido enviado hacia el oeste por Gaboto, quien confirmó los datos sobre una región llena de riquezas, de metales y piedras preciosas, que ellos decían haber visto. García y Gaboto, más interesados que nunca en alcanzarla, salieron nuevamente llegando hasta el Paraguay y quizás hasta el Pilcomayo.
Supieron que los  indios de toda la zona preparaban un gran levantamiento, por lo que regresaron a Sancti Spiritus desde donde salió Gaboto para pacificar la región. En su ausencia los indios atacaron y destruyeron el fuerte. Los pocos españoles que lograron salvarse se refugiaron en San Salvador, donde estaba Gaboto. Este y García al comprobar el desastre decidieron regresar a España, haciéndolo primero García. Llega con a la península con seis días de diferencia, en julio de 1530.


Gaboto recorrió los ríos hasta el paralelo 25, punto máximo que logró llegar por el norte.
En 1528, Sebastián Gaboto, viajando por el río Paraguay, llegó hasta la altura del río Pilcomayo, por lo que fue considerado el primero que navegó las aguas de nuestro río.
Cabe descatar la valentía de Sebastián Gaboto que aunque se le presentaron muchos obstáculos él nunca desistió y siempre busco nuevas riquezas obteniendo muchas conquistas. El si bien tenía que de repetir el viaje de Magallanes opto por ir a nuevos horizontes.











Expedición de Alejo García




Los náufragos, sobrevivientes de la expedición de Solís se establecieron en la isla de YuruMirin  en el año 1516. Uno de ellos era Alejo García. Al escuchar los relatos de los indígenas que mencionaban la existencia de imponentes riquezas Incas rumbo al occidente, convenció a tres de sus compañeros para iniciar la aventura. Según los indígenas, debían llegar hasta los dominios del Rey Blanco, dueño del metal, un rey con características físicas similares a las de los europeos.
Desde que la expedición de Juan Díaz de Solís hasta que Alejo García organizó su aventura pasaron 8 años en los que permaneció en el puerto dos Patos conviviendo con los nativos

Comienza la expedición que organizó Alejo García, emprendiendo la marcha en el año 1524, del puerto dos Patos ubicado en la costa de Santa Catalina en territorios que hoy pertenecen a Brasil, rumbo al Alto Perú. Utilizaron un camino abierto por los indígenas en sus constantes viajes entre la costa y tierra adentro, un camino que era llamado “peabirú”, tenía un ancho de ocho palmos

Tras recorrer ingentes distancias llegaron al río Paraná, a la altura del río Monday, sitio en el que se produjo el cruce hacia el territorio que más adelante formaría parte de la región oriental del Paraguay, enfilando hacia el asiento de los Carios, sitio en que más tarde se estableció la ciudad de Asunción. Una vez alcanzadas las fronteras Incas, , cerca de la actual ciudad de Sucre, atacaron los puestos fronterizos y llegaron a estar a menos de 150 km del Cerro de Potosí, que en aquel entonces era una montaña entera de plata pura y había dado lugar a las historias que había oído en Santa Catalina. El "rey blanco" era el inca HuaynaCápac que residía en Cuzco.

Alejo García viajó seiscientas leguas desde Santa Catalina conforme a las deducciones de Julio Cesar Chávez en contradicción a otras versiones, que afirma que García avanzó cuarenta leguas dentro de territorio Inca, hasta cerca de los pueblos de Presto y Tarabuco, en donde se encontraron con los ejércitos enviados por el Inca, compuestos mayoritariamente por indios Charcas en número importante. El grupo de García retrocedió al no tener posibilidad de hacer frente a sus adversarios. Optó por la retirada con la idea de volver con mayor capacidad ofensiva.

Una vez que saqueó la zona por donde se movió, llevando mucho oro y plata, se volvió por el río Paraguay, por lo que al rigor natural de territorio tan hostil, que los expuso al padecimiento de hambre y sed donde la expedición fue atacada por los indígenas llamados por los guaraníes "Payaguá.

Cuando alcanzó el río Paraguay, Alejo García se estableció con las parcialidades que lo apoyaron en la expedición y envió a emisarios junto a sus compañeros que quedaron en la costa del Brasil, quienes llevaron piezas obtenidas en el saqueo como prueba de la existencia de riquezas, además de relatos impresionantes sobre la existencia de las Sierras del Plata.

Alejo García, al momento que esperaba respuesta de sus compañeros, fue víctima de un grupo de indígenas que lo había acompañado en la expedición, quienes mataron a él y sus compañeros sin dejar ninguno a vida, sólo un niño hijo de García, que por ser de poca edad no lo mataron. Otra versión da cuenta de que los europeos fueron asesinados por payaguaes, con la finalidad de robarles los metales precios obtenidos en reciente expedición.

Así, Alejo García finaliza su existencia sin saber que fue el descubridor del Paraguay, por ser el primero que pisó estas tierras, en 1524.
Creo que es admirable la valentía de Alejo García que hoy, gracias a Él podemos vivir en este hermoso país.